MI OBRA: CRÓNICAS ANÓMALAS
Cuando empecé a escribir narrativa, después de muchísimos años inmerso en la producción de versos, me pareció descubrir un espacio novedoso en el que expresar las mismas incertidumbres que mueven mi obra poética sin el corsé (suave y ajustable, en mi caso), de la versificación.
Ya había dado algunos pasos en esa senda, con relatos mil veces comenzados y finalmente inconclusos, abandonados por pura desidia y por desconfianza hacia su propia validez literaria.
Sin embargo, comencé una especie de reto en un grupo de Facebook, en 2021, y otro en Youtube, al año siguiente, que me sirvieron para poner mis numerosas ideas en orden y para estimularme a seguir ahondando en la narrativa, siquiera con el simple interés de dar rienda suelta a una especie de prurito creativo sin perspectivas comerciales.
Luego, ya en 2023, tuve la dicha de conocer a alguien que ha sido, y lo digo con total orgullo, mi auténtica mentora en la tarea de dar forma de libro a mis escritos: Saray Ramírez. Una escritora, paisana mía para más señas, que supo, desde su experiencia como autora independiente y desde su afectuoso y experto consejo, ayudarme a dar el salto a la autopublicación.
El primer fruto de esa colaboración fue justamente mi primer libro de relatos, “Crónicas anómalas”. Un conjunto de narraciones en las que se dan cita una porción de misterio, unas cucharadas de humor, unas gotas de desconcierto y una buena dosis de extravagancia literaria, ingredientes que dan como resultado un volumen que puede provocar todo tipo de reacciones, salvo la indiferencia.
De su contenido dice Saray Ramírez, en su prólogo: “En cada uno de los relatos que conforman estas ‘Crónicas anómalas’, Pablo traza senderos oscuros y sinuosos, adentrándose en la enigmática y terrorífica naturaleza humana, a modo de guía intrépido que se aventura por los recovecos más sombríos de la mente. Las historias son como un viaje en tren a través de una noche tormentosa: aunque a menudo tememos lo que aguarda en la oscuridad, no podemos evitar sentirnos fascinados por la intermitencia de las llamas danzantes y las sombras que proyectan”.
No parece demasiado ético que el propio autor recomiende sus obras; sin embargo, no sería honesto negar que estas palabras de Saray y algunos comentarios elogiosos, hechos a nivel particular, de otros lectores, me animan a seguir escribiendo y ofreciendo, al margen de preferencias estéticas, una obra manifiesta y literariamente bien erigida.
©PABLO CABRERA
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