RESEÑAS: "VIOLETAS DE MARZO" (PHILIP KERR)

 


 

“VIOLETAS DE MARZO”

 

Si “Dora Bruder”, de Patrick Modiano nos proponía un recorrido por las desdichadas vidas de los judíos en el París de la ocupación nazi, “Violetas de marzo” del malogrado autor escocés Philip Kerr (1956-2018), nos muestra los entresijos del Berlín anterior al inicio de la II Guerra Mundial, pero ya contaminado por el auge y la presencia del nazismo, una ciudad donde desaparecer de la noche a la mañana sin que existan garantías de ser encontrado es tan normal y tan frecuente que hasta las madres han terminado por aceptar esa posibilidad.

Un incendio deja dos cadáveres, ambos de capital importancia: la hija de un magnate del acero y su marido, un importante miembro de las SS. Bernie Gunther, un ex policía desencantado de su antigua profesión y reconvertido en detective privado, es contratado por el padre de la fallecida para investigar ambas muertes y recuperar unas costosas joyas de la familia.

Con la proximidad de los XI Juegos Olímpicos de Verano, orquestados como una herramienta de propaganda de Adolf Hitler, como telón de fondo, y a lo largo de las algo más de trescientas páginas de la novela, el detective irá descubriendo, no sin sufrir las duras consecuencias de sus pesquisas, que la trama es más compleja de lo que parece y que las implicaciones de los involucrados son más profundas de lo que pretender hacer creer. Las intrincadas relaciones personales y políticas en el seno del partido, los intereses personales y hasta la oposición silenciosa al nacionalsocialismo aparecen como las variadas caras de una misma moneda, que no es otra que un país, Alemania, y una sociedad arrasada por la locura patriótica y racista de unos cuantos y la anuencia e incluso la complicidad de otros muchos, más medradores que devotos.

Philip Kerr entreteje con maestría una trama que, si bien en ocasiones resulta algo difícil de seguir, debido a la profusión de apelativos alemanes y a la abundancia de pasajes y escenas que parecen ser prescindibles por su escasa aportación al desarrollo del argumento, no deja en todo caso indiferente al lector, de una manera particular en las escenas finales, al transportarlo a un tiempo y a un entorno opresivo en el que la vida humana carecía por completo de valor y en los que la única esperanza consistía en escapar o en morir lo antes posible.

© PABLO CABRERA 2023

 

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