RESEÑAS: "SUITE FRANCESA", DE IRENE NEMIROWSKI (1942).



SUITE FRANCESA (IRÈNE NEMIROVSKI)


"Suite francesa" es una novela, por desgracia, inacabada. Una novela sin fin. No solo porque el trágico destino de su autora impidiese su conclusión, sino porque, a pesar del paso del tiempo y de las posibilidades de corregir errores que la humanidad ha tenido desde aquel lejano año de 1942, quienes nos esforzamos en observar con cierta piedad este teatro infausto que es el mundo no dejamos de apreciar, desolados, que tragedias como aquella que condenó a tan grande autora a un epílogo a todas luces injusto y cruel vuelven a repetirse, como si el ser humano no quisiera ejercer la autocrítica ni percatarse de lo que no debe volver a suceder bajo ningún concepto.

 “Suite francesa” brinda al lector una visión intensa y conmovedora de la vida en Francia durante ocupación del país por el ejército alemán durante la segunda guerra mundial. Se escribió entre 1940, fecha de la ocupación, y 1942, año del deceso de la autora, pero solo fue publicada póstumamente en 2004 gracias a que el manuscrito pudo ser salvado de un modo casi azaroso por sus hijas, quienes lograron librarse de un destino acechante y similar al de sus progenitores mediante el esfuerzo de Julie Demot, amiga de Irène, y de otras personas cercanas.

 La obra, escrita —a pesar de la dureza de sus pasajes—, en un lenguaje de tanta riqueza que podría decirse que frisa la poesía, se divide en dos partes: "Tiempo de cerezas" y "Dolce", ofreciendo un retrato conjunto y multifacético de la  áspera experiencia de la ocupación nazi y sus toscos y disímiles efectos en las vidas de los personajes que la comparten y sufren, muchas veces actuando desde el antagonismo y desde una palpable diferencia de clases insalvable siquiera entre víctimas.

En "Tiempo de cerezas", la primera de las dos partes de la novela, se muestra el terrible caos de la fuga masiva de París tras las primeras jornadas de la invasión alemana de la capital. A través de una prosa detallada, lirica y evocadora, la autora describe el tumulto y la desesperación de una población indefensa que huye como puede de la amenaza inminente, dejando atrás la mayor parte de lo que ha señalado hasta ese momento su papel en en la vida, su razón de ser. Las personas, desde las pertenecientes a la más alta aristocracia hasta los simples ciudadanos de a pie, colaboran o rivalizan, comparte o escatiman en ese pavoroso escenario, perfilados con una profundidad emocional que deja traslucir sus más profundos temores, sus desdibujadas aspiraciones y sus inevitables carencias. La narrativa de Irène Nemirovski explora con precisión el desmoronamiento de la vida cotidiana y la pesadumbre de la obligación de abandonar lo familiar y habitual para caer en las fauces de lo ignorado, de lo intimidatorio, mostrando las desgarraduras de la sensación de pérdida y el desarraigo de un modo que halla, sin discusión posible, una profunda resonancia en el lector mínimamente sensible.

En "Dolce", la historia se traslada a una pequeña aldea francesa, sometida también a la ocupación alemana, aunque de una manera aparentemente más pacífica, si tal cosa es posible ante una invasión. La autora explora la compleja dinámica que se establece entre los habitantes locales y los soldados alemanes, revelando las tensiones entre los que colaboran o condescienden con el enemigo y aquellos que resisten incluso bajo el rigor de los acontecimientos, así como la inevitable ambigüedad moral que caracteriza estas interacciones y las dobleces éticas que se suscitan, bosquejando un retrato coral compuesto no solo de animosidad y traición, sino también de momentos de humanidad y solidaridad, valores que emergen incluso en las circunstancias más extremas, dando espacio a un contraste entre la ferocidad de la ocupación y la bondad que se resiste a desaparecer e invitando al lector a una reflexión profunda sobre la naturaleza del ser humano y su capacidad de adaptación y supervivencia.

El dramatismo de las situaciones y la vívida representación del conflicto interno de sus personajes habla a las claras de la objetividad y sinceridad de la malograda autora. Su estilo narrativo lírico y cabal dota a cada escena de una intensidad que enfatiza la colisión emocional del conflicto. Las descripciones detalladas y los diálogos matizados permiten al lector experimentar de manera visceral los desafíos y las decisiones difíciles que contraponen a los personajes.

A través de una narración profundamente humana y su representación detallada de un período tan oscuro de la historia reciente, Irène Nemirovski nos designa herederos de una lectura inestimable e imprescindible para visualizar y reflexionar sobre la innata capacidad de brutalidad, ambición y oscurantismo del ser humano en un mundo que no posee y a través de una existencia efímera en el que vivir y dejar vivir debería ser un adagio aplicable a lo cotidiano y a lo trascendente.

En definitiva, “Suite francesa”, obra maestra memorable, no se limita a enaltecer el recuerdo de su autora; proporciona, mediante la maestría de su palabra, una visión imperecedera y vibrante del pavoroso impacto de la guerra en la vida de las personas.

© PABLO CABRERA 2024


Comentarios

Entradas populares